Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. Mateo 7:8

Saludos y bendiciones amados en Jesús, cientos de veces hemos escuchado y leído este versículo, aun cuando no éramos creyentes del evangelio, pues en el están basadas nuestras esperanzas al momento de orar a Dios; sin embargo ¿Cuántas veces no oramos y pedimos a Dios y no pasa nada de lo que pedimos? Muchos dirán que no sabemos pedir, que pedimos para nuestros deleites, etc. Pero eso hace creer que el versículo de hoy, no es tan cierto como dice ser. Me explico; el versículo dice: Porque todo aquel que pide, recibe; y aunque usted no lo crea, siempre hay respuesta de Dios, en ocasiones coincidentes con nuestras peticiones y en ocasiones “no” coincidente con nuestras peticiones, pero en ambos casos siempre es lo mejor para nosotros.

El gran problema de nosotros es que queremos darle ordenes a Dios, no hacemos peticiones, ni rogativas, solo le decimos a Dios lo que queremos que él haga en favor (¿?) de nosotros. No pedimos en su voluntad, que es perfecta, solo pedimos en nuestra voluntad y creyendo que nuestras peticiones son correctas, ¡cuan equivocados estamos! Nuestro Señor nos dice en su palabra que pidamos, busquemos y llamemos y el responderá y nos dará y nosotros recibiremos, hallaremos y entraremos. Dios cumple su palabra “conforme a su voluntad”, que repito: siempre es lo mejor para nosotros. Les doy un ejemplo de petición: Señor yo quiero que me bendigas con prosperidad económica, que sobreabunde, para así no tener necesidades. Esto es común en nuestras oraciones, pero ¿qué ocurriría si Dios nos diese 1.000.000 de dólares en efectivo? 1. Estaríamos felices 2. Los ladrones también 3. Compraríamos muchas cosas, más allá de nuestras necesidades, 4. Viajaríamos 5. Es muy posible que cayésemos en alguna tentación. 6. Casi no nos acordaríamos de Dios. Casi siempre buscamos a Dios en nuestras necesidades y apuros y ¿Qué pasaría si ya tuviésemos cubiertas todas nuestras necesidades? … ¡nos olvidaríamos de Dios!

Seguramente usted dirá; que usted no es así, usted es un excelente cristiano. Pero si usted ha pedido alguna vez para cubrir todas sus necesidades humanas y Dios no le ha dado el millón de dólares, es porque Dios lo conoce y lo quiere con él, no alejado de él.

Dios no se equivoca y siempre quiere lo mejor para nosotros.

Sirviendo al Reino de Dios.

Joel Betancourt

Deja un comentario