Saludos y bendiciones amados del Señor, la palabra correspondiente al día de hoy no es una palabra de probabilidades o posibilidades; es una palabra de certeza, veraz y muy fiel. Es cierto que en este mundo tendremos aflicción, pues tenemos un enemigo que anda como león rugiente buscando a quien devorar, hay muchas, infinitas maneras de de tentarnos y todas nos causan aflicción, pero dice la palabra: que de todas ellas nos librará Dios, no nos dice de que nos librara de unas cuantas, de la mayoría, de cierto porcentaje, etc. la palabra dice «todas», en otras palabras no habrá aflicción de la cual el Señor no nos libre. Hasta allí todo se ve y suena bonito; el asunto es que Dios dice: las aflicciones del justo; y allí vienen los problemas; ¿existe alguien justo? ¿soy yo un justo? ¿me librará Dios a mi, de mis aflicciones?
La respuesta a todas las preguntas, aunque difícil, es simple: ¡SI!, ¿por qué, es difícil? Primera respuesta: ¡si existen infinidad de justos! y a cada momento el Señor justifica (convierte en justo) a aquellas personas que se arrepienten y reconocen a Jesucristo como su único y fiel salvador: Segunda respuesta, ¡Si! si, soy justo, porque, por gracia Dios me perdona mis afrentas cuando me arrepiento de corazón y le pido perdón y tercera respuesta: ¡Si!, Dios asegura a través de su palabra que de esas aflicciones el me salvará, me librara, porque el me justificó. tenemos una vida plena porque Dios así lo afirma, solo debemos cumplir con el requisito de ser justos y eso se logra llevando una vida plena en Jesucristo.
Avóquese a leer la palabra de Dios, a seguirla y cumplirla fielmente y verá que las aflicciones no llegaran a su vida y en todo caso desaparecerán, pues Dios prometió librarlo, porque él lo justificó.
Sirviendo al Reino de Dios
Joel Betancourt